✍🏼 Desde mi camino te comparto la importancia de elevar el espíritu, sostener y ser sostenido por una practica espiritual.
He sido maestra, psicoterapeuta y guía de proceso de sanción profunda… pero sobre todo, sigo siendo alumna. Soy Araceli Rodríguez y en este andar he ido comprendiendo la importancia de tener una práctica espiritual bien sostenida. Esta no es magia: es presencia viva.
En cada etapa de mi vida, como mujer y como persona, la práctica espiritual me ha sostenido. A veces se ha visto como yoga, otras veces como caminar en el parque, y muchas veces como abrazarme sin condiciones, incluso en circunstancias poco favorables. Por eso hoy quiero compartir —y también recordarme— la importancia de volver a la esencia del Sadhana.
Desde hace 10 años dirijo Aguru Yoga Shala, un centro holístico ubicado en el corazón de Cancún, México. Uno de mis compromisos —conmigo misma y con todas las personas que conectan con este espacio— es ofrecer prácticas espirituales que nos lleven a reconectar con la esencia del ser humano como ser espiritual.
Un lema que sigo para elegir y seleccionar a maestros e instructores del bienestar para Aguru, es que tengan bien sostenida su práctica personal. Que lo que comparten sea su mantra, y su intención de vida en esta etapa que coinciden con el espacio y la comunidad que está sostenida y lista para sostener crecimiento espiritual.
Somos seres espirituales viviendo una experiencia humana. Y como tal, el Sadhana es vital para vivir encargándonos en nuestro propósito e intención de vida.
Aquí te cuento como puedes elevar tu espíritu y sostenerte en el tiempo, más allá del estrés y el exceso de data que muchas veces nos saca del amor propio y nos deja desorientados.
Mitos y realidades de una practica espiritual
Muchas veces se piensa que hacer yoga todos los días es una práctica espiritual. Y sí, puede serlo… pero si esa práctica carece de intención, propósito y consciencia, no es Sadhana.
📖 ¿De dónde viene la palabra Sadhana?
La palabra Sadhana proviene del sánscrito y deriva de la raíz “sadh”, que significa lograr, alcanzar o realizar un objetivo.
En su sentido más amplio, se traduce como “camino” o “medio para alcanzar un fin”, y en el contexto espiritual, ese fin es la reconexión con uno mismo, con la conciencia o con lo divino.
En las tradiciones del yoga, el hinduismo y el budismo, Sadhana se refiere a cualquier práctica espiritual sostenida con disciplina, intención y compromiso. No se trata de una técnica en particular, sino de una actitud y una dirección: crear un espacio diario para volver a lo esencial.
Y como sabemos: la actitud lo es todo.
¿Todo lo que practicamos con disciplina es Sadhana?
No necesariamente. Que algo sea repetido o parte de tu rutina no lo convierte automáticamente en Sadhana.
Para que una práctica sea Sadhana, necesita tres elementos clave:
1. Intención es atención: Lo haces con una intención clara de reconectar contigo, elevar tu energía o cultivar presencia. Esto se traduce en estar para ti todos los días.
2. Presencia, presencia viva: Estás ahí. Estás sintiendo. Estás consciente de lo que haces y para qué lo haces. Sin distracciones, ni actuando en automático.
3. Compromiso es determinación: El compromiso es contigo mismo. No se trata de hacerlo perfecto, sino de volver a ti cada día, incluso en días caóticos o difíciles.
Aquí te cuento un poco más qué es una práctica espiritual encarnada en esta 3D:
Sadhana no es solo meditar, cantar mantras o hacer yoga.
También puede ser caminar en silencio, escribir lo que sientes, respirar antes de empezar el día, bañarte y resetear tu sistema operativo… si lo haces desde un lugar de conexión y no de automatismo.
En cambio, si haces una rutina de yoga mientras tu mente está en los pendientes, o si meditas solo porque “debes”, pero sin habitar el momento… eso no es Sadhana. Es otra tarea más.
Entonces: no todo lo que repetimos es Sadhana. Pero cualquier cosa que hagas con intención, presencia y compromiso, y te lleve a una conexión profunda contigo mismo… puede serlo.
🌱 Sadhana es volver a ti
Somos seres espirituales viviendo una experiencia humana. Y como tales, todo lo que hacemos de forma rutinaria se convierte —con consciencia— en una práctica espiritual.
A veces la vida va tan rápido que ni cuenta te das de todo lo que estás cargando. Respondes mensajes, haces lo que tienes que hacer, vas de un lado a otro… y de pronto, algo en ti se siente desconectado. Sin foco. Sin aire. Eso es lo que pasa cuando no tienes un espacio para ti. Cuando no hay un momento en el día donde puedas simplemente estar, escucharte, volver a tu centro. Ahí es donde entra la práctica espiritual. No estoy hablando de algo religioso ni complejo. Hablo de un momento al día en el que puedas pausar el afuera y reconectar contigo. Un momento que no está pensado para producir, resolver o demostrar. Solo para habitarte.
Hablemos de los beneficios:
¿Qué cambia cuando sostienes tu práctica?
Con el tiempo, pasa algo muy simple pero profundo: te vuelves una persona más íntegra. Tu mente se aquieta. Tus emociones ya no te abruman tanto. Tu cuerpo responde mejor. Y tu intuición —eso que muchas veces ignoras porque estás ocupado— empieza a hacerse más clara.
Sadhana no te resuelve la vida. Pero te da un lugar firme desde donde sostenerla. Cuando la vida cambia, cuando se agitan las aguas, cuando la incertidumbre aparece, tu práctica espiritual te sostiene.
Yo lo he visto: en mí y en otras personas que sostienen una buena práctica. No culpan a otros de sus problemas. No desperdician su energía en situaciones o personas que no nutren. No se pierden en la queja o el juicio. No salen huyendo del conflicto, ni el diálogo incómodo. La integridad y su propia presencia es vida.
La vida se vuelve más liviana, más clara, más próspera.
¿Cómo se ve una práctica real?
No necesitas una hora, ni incienso, ni hacerlo perfecto. Lo que necesitas es que sea tuya. Hay días en los que puede ser respirar profundo apenas te despiertas. Otros, sentarte en silencio con un té. Repetir un mantra, escribir lo que estás sintiendo, leer algo que te inspire o simplemente mover tu cuerpo con intención. No importa tanto qué hagas, sino que ese momento esté reservado para ti. Y que lo sostengas.
Esta es una relación bilateral: tú sostienes tu práctica… y ella te sostiene a ti.
💬 ¿Llevas tu Sadhana? ¿Tienes un espacio diario para volver a ti?
Déjame tu comentario, me encantará leerte y saber si estas palabras te recordaron algo importante.
con Amor
Ara